El cuidador suele ser una familiar cercano del adulto, como sus hijos, sus nietos o quizá para personas que cuentan con mayores recursos, una persona que cuente con experiencia en ello.
Hoy en día existen mas de 38 millones de cuidadores en el mundo, los cuales han sido subvalorados por desconocer la importancia que tienen en esta hermosa labor.
También es importante conocer que por más que nos esforcemos en cuidar de manera perfecta a nuestro familiar, no somos prefectos y se vale tener angustia, impaciencia y frustración; y recordar que no podemos hacerlo todo, están bien pedir ayuda con algunas cosas para evitar desesperarse
Es natural sentirse enojado, frustrado, exhausto, solo o triste. El estrés del cuidador (el estrés emocional y físico que conlleva el cuidado) es común.
Los cuidadores que sienten estrés pueden ser vulnerables a cambios en su propia salud.
Los factores de riesgo del estrés del cuidador incluyen los siguientes:
Vivir con la persona a la que se cuida
Aislamiento social
Padecer depresión
Tener dificultades financieras
Dedicar una gran cantidad de horas al cuidado
No tener la capacidad suficiente de afrontar una situación difícil
Tener dificultad para resolver problemas
Signos de estrés del cuidador
Sentirse abrumado o preocupado constantemente
Sentirse cansado con frecuencia
Dormir mucho o no dormir lo suficiente
Presentar un aumento o una pérdida de peso
Irritarse o enojarse fácilmente
Perder el interés en actividades que solía disfrutar
Sentirse triste
Sufrir con frecuencia dolores de cabeza, dolor corporal u otros problemas físicos
Cómo combatir el estrés
Acepta la ayuda. Prepara una lista de lo que pueden hacer otros para ayudarte y deja que la otra persona elija qué hacer.
Concéntrate en lo que puedas proporcionar. Confía en que estás haciendo lo mejor que puedes y tomando las mejores decisiones en todo momento.
Fíjate objetivos realistas. Divide las tareas grandes en pasos pequeños que puedas hacer de a uno. Prioriza, crea listas y establece una rutina diaria.
Únete a un grupo de apoyo. Un grupo de apoyo puede proporcionar validación y aliento, además de estrategias para resolver problemas en situaciones difíciles.
Busca apoyo social. Haz es el esfuerzo de mantener la conexión con familiares y amigos que te brinden apoyo emocional sin juzgarte.
Fíjate metas de salud personales. una buena rutina del sueño, tiempo para hacer actividad física la mayoría de los días de la semana, sigue una dieta saludable y bebe mucha agua.
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