El Alzheimer preclínico empieza muchos años antes de que se diagnostique la enfermedad. Es aquí donde se deben empezar a realizar las actividades físicas y mentales para prevenir el deterioro cognitivo a tiempo.
La enfermedad de Alzheimer generalmente avanza lentamente en tres etapas: una leve (etapa temprana), una moderada (etapa media) y una grave (etapa final).
En promedio, una persona con Alzheimer puede vivir de cuatro a ocho años después del diagnóstico, y en algunas ocasiones hasta 20 años, dependiendo de otros factores.
ETAPA TEMPRANA
En la etapa temprana del Alzheimer, la persona puede desenvolverse de forma independiente, puede conducir, trabajar y participar de actividades sociales.
La persona puede sentir que tiene episodios de pérdida de memoria, que incluyen olvidarse palabras familiares o la ubicación de objetos cotidianos.
Las dificultades comunes incluyen:
Problemas para encontrar la palabra o el nombre correctos
Pérdida de memoria de eventos recientes
Cambios de personalidad
Extraviar pertenencias
Dificultad para recordar nombres cuando se presenta a personas nuevas
Dificultad para realizar tareas en entornos sociales o laborales.
Olvidarse de algo que acaba de leer
Perder o traspapelar un objeto valioso
Tener más problemas para planificar u organizar
ETAPA MODERADA
Es la etapa más prolongada, puede durar muchos años
Aquí el paciente:
Confunde palabras
Se frustra
Se enoja
Pérdida de memoria aún mayor
Es difícil expresar sus sentimientos
Presenta dificultad para sus tareas cotidianas
Olvida información personal
No puede recordar datos propios ( dirección, teléfono, universidad, colegio)
Necesita ayuda para vestirse
Necesita ayuda para ir al baño
Se desorienta y pierde fácilmente
Cambios en los patrones del sueño
comportamiento repetitivo como retorcer las manos o cortar papeles
ETAPA FINAL ( GRAVE)
Las personas pierden la capacidad de responder a su entorno
No pueden llevar a cabo una conversación
Dificultad al controlar los movimientos
La comunicación se torna difícil
Cambios significativos en la personalidad
Necesitan mucha ayuda con las tareas diarias
Pierden la noción de experiencias recientes
Se vuelven vulnerables a infecciones
Requieren asistencia diaria con el aseo personal
Disminución en las capacidades físicas
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